La persona recibe la forma en la que la tratamos de manera consciente o inconsciente. Si miro a esa persona con cierto desdén o considerándolo una inútil, me va a responder como una inútil. Esa es una ley de la comunicación no verbal. Pero si la miro como un ser de luz y sabiduría, se va a sentir así, porque le voy a hacer sentirse así. Si una persona con un síntoma acude a ti y lo juzgas, todos esos juicios son hijos de la separatividad, nuestros propios miedos y nuestra propia incapacidad de amar.
Tenemos que recordar que en la terapia el elemento principal es el terapeuta. Y desde la visión del terapeuta tenemos que saber que cuando hablamos de enfermedades individuales. Por ejemplo, una epidemia de gripe no afecta solo a unas personas, sino a muchas. Si el aire está contaminado, todos lo respiramos. Lo que es individual es cómo cada uno responde a esa situación. Eso es individual.
Eso quiere decir que es más importante la EPIGENÉTICA (referido al estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los organismos) que la GENÉTICA. Quiere decir, que estamos condicionados por el lugar en el que vivimos, si vivo por ejemplo en una casa donde los vecinos hacen mucho ruido y no me dejan descansar, esto me generará estrés. Del mismo modo, si vivo con un familiar enfermo o que necesita mucha atención, sabiendo lo que conlleva eso, mi energía o calidad de vida interviene en mi salud.
Unas de las claves de las clases de Yoga grupales es que se establece la ley de la epigenética. Consiste en crear un espacio donde poder relajarme y compartir ideas e inquietudes con personas que se asemejan a mí. Y todo ello crea una atmósfera saludable que potencia en gran medida al grupo.
Temario de estudio de Víctor Morera a José Antonio